sábado, 27 de noviembre de 2010

Una de las esposas de Orkeke.



Título:
Hadd, una de las esposas del cacique Orkeke.
Acuarela
Autor: bb
Apuntes para una Teoría del Museo:
Hadd o Hadde o Adde fue una de las mujeres del cacique Orkeke, Ólkelkkenk o
Hólquequen o Olqueque o Ulquiquequen, (no se ponen de acuerdo), la esposa que él eligió para traer a Buenos Aires, como le hicieron elegir a todos, para empezar a cristianizar la familia india por el lado de la monogamia. De esa forma los caciques se sacaron de encima a las pobres esposas viejas a las cuales además, se les
llevaron los hijos. Que no era la única es seguro porque Musters, el aventurero que los había conocido años atrás, habla de otra, alta, robusta y gorda que no es precisamente la retratada y que debe de haber pasado a un segundo plano. O fue tal vez Hadd la esposa que eligió como mujer principal, figura compatible con la monogamia, y en ese rol se mostró en la Capital. Lo secundó a su esposo indio
en el Skating Rink. La pista de patinaje sobre hielo que la comunidad inglesa regentaba en Buenos Aires. El Skating Rink Coliseum estaba en la calle Lavalle y Montevideo. Esa pista sería reemplazada en 1910 por la que conocemos como Palais de Glace, Sala o Galería Pública que funciona como parte del Museiom, al ocuparse
de los Salones Nacionales de Arte, otrora la antesala del Museiom, la plataforma de validación estética para ser un elegido. Hoy ese Palais de Glace no produce nada salvo problemas, al estar en manos de patanes. Los ingleses le ofrecieron entregar los premios a los patinadores a la esposa del Cacique. Los Indios y sobretodo Olkeke,
fueron recibidos por todos los garcas y los custodios de la religión, estuvieron con el Presidente de la Nación General Julio Argentino Roca, con el Intendente Torcuato de Alvear, con Dardo Rocha, con el Nuncio Papal, con el Arzobispo, con comerciantes. En el Circo Humberto 1 les ofrecieron una función, y seguramente y en secreto, los garcas a los indios, les deben haber pagados putas blancas como “La Polaca” y champagne francés del más finoli, pero claro,luego de haberlos hecho bañar a punta de pistola. Y todo eso para ver por fin el tamaño de los penes de esos indios del
fin del mundo. Curiosidad basada en el enorme tamaño de sus cuerpos y la posible equivalencia genital del macho. La también posible gran profundidad vaginal de las hembras no importaba tanto, porque nadie se las pensaba coger. Pero la casi segura
superioridad peneana del Indio, amargaba al Generalato, desconsolaba a sus castas esposas, atemorizaba al Gobierno repugnaba al Obispo y esperanzaba a los Peritos anatomistas. Ernesto Schóo sugiere que en realidad todo este magnífico
tratamiento a la tribu de Orkeke, tiene que ver con un error de los militares, los cuales fueron a buscar una tribu chúcara, una tribu desobediente a los mandos del Ejército y se trajeron por equivocación otra, que siempre había sido colaboradora con el blanco. Si esto es cierto, mis disparatados textos parecerán catecismo para niños.
Análisis: bb

jueves, 25 de noviembre de 2010

La India vieja y bruja hija de puta.



La Bruja joven al llegar con Inakayal a Buenos Aires. Obsérvese la hendidura del labio leporino. Labios de coneja. Para la foto ha sido vestida y peinada, pero
en otra foto aparece con los pechos colgando como lenguas y con un chiquito en brazos con el pene al aire y con signos de desnutrición.

Acuarela.
Autor: BB
Título: La india vieja y Bruja hija de puta.
La misma Bruja pero ya de vieja, antes de ser disecada por los Peritos anatomistas y antes de comenzar a empequeñecer su cráneo, o sea ya vieja bruja hija de puta, al decir de los anatomista que vieron empequeñecer sus penes al mismo tiempo que el cráneo de la bruja se achicaba hasta desaparecer en la dimensión sub atómica.
La Bruja era el arma secreta del Cacique.

Anotaciones para una Teoría del Museo:
Los defectos congénitos son despreciados en nuestra sociedad pero dicen que son apreciados en otras culturas, los consideran señales divinas, que hay que respetar e
incluso tener en cuenta para la elaboración de conductas. El defectuoso es único o forma parte de una serie más pequeña que la normal y se aproxima más al Uno, está más cerca de Dios. Los defectuosos en el físico: el enano, el jorobado, el seis dedos,el deforme o con forma propia, el manchado de colores, el albino y los leporinos, manifiestan su otredad en forma permanente porque imponen su defecto visualmente. Los defectuosos en la conducta manifiestan su otredad al adoptar distintos patrones de conducta a los del grupo de pertenencia: los homosexuales,
bisexuales o cualquiera otra variante, los criminales, los artistas, los revolucionarios, las putas, los linyeras, drogadictos y suicidas,los discapacitados mentales y físicos, los creyentes en magias animistas, los locos, los visionarios, son todos ensayos que la Especie pone en práctica para encontrar salidas y soluciones
a problemas de adaptación, que la misma Especie necesita para sobrevivir. Sobretodo como sobrevivir la vida con la conciencia de la finitud, como enfrentar el infortunio con entereza. Son todos ensayos, muchos salen mal, otros terminan mal, otros bien, no son ni buenos o malos, son ensayos, son todos ensayos. Y los ensayos
producen curiosidades, justamente una de las formas que adoptó el Museiom: el Gabinete de Curiosidades, fue en el Barroco y en la ilustración neoclásica donde
también surgieron como hongos los Gabinetes de Antiguedades. Pero eso es otro tema. Aunque recuerden los fetos en formol y las fotos de las enfermedades de Venus, las venéreas. Las Machi reinan ahora pero antiguamente eran varones Machis, como relata
esta crónica de la época:“Llegó un indio de tan mala figura, que su traje, perverso rostro y talle, estaba significando lo que era: parecía un Lucifer en sus facciones,
talle y traje, porque andaba sin calzones, que este era de los que llaman hueyes. Traía en lugar de calzones un puno, que es una mantichuela que traen por delante de la cintura para abajo, al modo de las indias, y unas camisetas largas encima. Traía el cabello largo y suelto, siendo así que todos los demás andan trenzados, las uñas tenía tan disformes, que parecían cucharas. Feísimo de rostro, y en el ojo una nube que lo comprendía todo. Muy pequeño de cuerpo, algo espaldudo, y rengo de una pierna, que con sólo mirarlo causaba horror y espanto: con que daba a entender sus viles ejercicios. El que usa el oficio de varón no es baldonado por él, como el que en nuestro vulgar lenguaje quiere decir nefando y mas propiamente putos, que es la verdadera explicación del nombre hueyes. Acomodándose a ser machis o
curanderos porque tienen pacto con el demonio. “(Núñez de Pineda y Bascuñán 1863:107,157-159). Las Machi, rol y vida. Juan Ñanculef Huiquinao.
Excelente trabajo sobre las machis. He sabido que en una tribu de indios de Norte América los homosexuales tenían un rol activo en la Tribu, eran pescadores, no guerreaban ni cazaban al búfalo, pescaban en la orilla. Incluso hay un sabio que fue
Sumo del Museo de Bahía Blanca, que dice que el mismo Ceferino Namuncurá era un machi de los que Nuñez de Pineda y Bacuñán llamaría “propiamente putos”. Si fuera así, el entregarlo a la Iglesia vencedora fue un acto correcto, por lo de ser un sacerdote machi y ser correspondiente con los curas del soldado huinca y por el asunto de la pedofilia militante de la nombrada iglesia milenaria, iglesia con gordos capellanes con los privilegios de un oficial de caballería en la Campaña al Desierto de la bruja hija de puta.
Análisis: bb

martes, 23 de noviembre de 2010

La Comisión del Galerista.


Tablero del Juego del Artista.
La Galería de Arte (destacada en rojo) constituye el último
Campo a Conquistar para el Artista antes de asaltar el
Museiom, el Artista debe superar al Marchand, sacerdote del
Museiom que cotiza en valores de cambio la obra del artista, el
Marchand deberá comer a un Artista, para que el otro prosiga el
Juego hasta enfrentarse al Curador, que es el sacerdote guardián
del Museiom. Hay que tener una cotización aunque sea mínima
para entrar al Museiom. De los cinco Artistas iniciales llega sólo
uno al Museiom, e incluso éste puede ser comido por el Curador
en las últimas jugadas.
bb
Apuntes para una Teoría del Museo:
Teoría sobre el precio o valor de cambio de la obra de arte.
El Artista acuerda con el Galerista 100$ de precio para la obra de arte.
El Artista pide a su Amante que compre la obra de arte y le da el dinero.
La Amante paga 100$ por la obra de arte y se la lleva a la casa del Artista.
El Galerista le paga 75$ por la venta al Artista y retiene 25 $ como comisión.
El Artista le pide a la Amante que ofrezca a otra galería la obra de arte a 25 $.
El segundo galerista compra la obra de arte porque sabe que vale mucho más.
El Artista recupera su dinero y tiene a otro galerista ocupado de su obra.
Este galerista vuelve al origen y ofrece la obra al primer galerista en 30 $.
El primer galerista compra la obra porque sabe que ya fue vendida a 100 $.
Y aumenta el precio a 105$ porque nota que hay interés en esa obra de arte.
Que logramos con esto:
Todos ganamos un poco de dinero y otro tanto de prestigio y brillo sociocultural.
El Artista coloca una obra y un cliente recupera su dinero y su obra se valoriza.
El primer galerista gana importancia comercial y 25$, paga 30$ por la obra de arte
original y la ofrece a 105$. Los 5$ de diferencia se cubren, dado que al ser la obra
del Galerista todo es ganancia para él. El segundo galerista gana 5$ y el reconocimiento del primer galerista. Si es todo tan simple, ¿Por qué entonces no funciona esto, que parece un sistema perfecto?, un sistema que además tiende al reposo y donde haciendo poco, podemos todos vivir en armonía y pagar la tarjeta de crédito.
Las hipótesis son varias:
1era.Hipótesis:
La Amante del Artista se enamoró del segundo galerista y se gastó con él los 5$
de ganancia. Luego se hizo amante de los demás y se quedó con toda la plusvalía.
2da.Hipótesis:
El Artista copió su obra de otro artista que a su vez copió la suya de una obra robada del Museo. Al conocerse esto la mercancía se volvió tóxica.
3era.Hipótesis:
El primer galerista vendía obras del Artista para comprar Bonos Basura de alto riesgo y no le interesaba el Arte para nada. Su actitud de especulación corrupta, invalidó su rol de agente facilitador
del consumo del Arte.
4ta.Hipótesis:
El segundo galerista compraba obras de segunda y también robadas del Museo y fue quién le dio la robada del Museo al otro artista para que la falsificara. Esta multiplicación mediante el robo y la copia generó desconfianza en los coleccionistas del Arte. La obra única se replica y pierde aura.
Análisis: bb

lunes, 22 de noviembre de 2010

El Indio, el Perito anatomista y el cráneo de la bruja.


El Indio, el Perito anatomista y el cráneo de la Bruja.
Acuarela.
Autor: BB
Anotaciones para una Teoría del Museo:
Parece que en el Museo de La Plata hay un faltante entre los miles de cráneos que atesoran. Dicen que hay tantos cráneos porque el Perito Moreno levantaba cementerios
enteros al erradicarse las tolderías, y está certificado que el Ejército hacía las veces de recolector de huesos, como el Coronel Racedo que le trajo al Perito el cráneo de Marianito Rosas, llamado así por ser protegido y ahijado de Juan Manuel
de Rosas, de quién tomó el nombre. Y con respecto al faltante, dicen que al morir la bruja o machi, que ostentaba el defecto de tener labio leporino, labio de conejo, bruja que Inakayal se había traído a Buenos Aires para tener consigo un arma secreta, que le diera certeza sobre la venganza. Su cráneo coleccionado empezó poco a poco a empequeñecer hasta desaparecer, certificado esto por los Peritos anatomistas, son ellos los que calculan que su tamaño, por el sostenido ritmo de
empequeñecimiento, ya podría tener un tamaño sub atómico. La vitrina donde se exponía su cráneo se llena de un humo negro de olor pútrido, y por ende persiste el temor de algún posible daño de la bruja hija de puta, violencia dirigida seguramente hacia los Señores Peritos anatomistas del Museiom de La Plata. El Indio observa impávido desde atrás de las espaldas del Sumo.
Análisis: bb

domingo, 21 de noviembre de 2010

Los Indios en el Teatro de la Alegría.


Título: Los Indios en el Teatro de la Alegría.
Acuarela.
Autor: bb
Apuntes para una Teoría del Museo:
Esto que parece salido de la afiebrada mente de ése que se hace llamar “Pequeño Profesor”, está publicado y documentado hasta por los diarios de la época. La tribu del Cacique Olkeke fue llevada al Teatro de la Alegría para presenciar la zarzuela “Mefistófeles” y ser vistos por el interesado público que hizo un lleno completo. El Teatro, la Alegría, los Indios, Mefistófeles, que más quieren para llenar un Teatro. Indios expuestos en vida como objetos animados. El Otro, el Distinto derrotado, el salvaje en la Capital republicana, la cultura moderna y
el sustrato bestial de la naturaleza humana. La domesticación del primitivo. El Teatro de la Alegría estaba en el predio donde después funcionó Caras y Caretas, era un teatro todo terreno, que recibía a tenores famosos, se representaban dramas y comedias y se bailaba en Carnaval y Año Nuevo. En ese Teatro cantó el tenor italiano, Ernesto Rossi, al cual el poeta Carlos Guido y Spano le dedicó una bella poesía, recibiendo como respuesta otra del propio tenor. Allí fueron presentados en sociedad los Indios y se representó ante ellos una zarzuela de sentido fáustico, o sea basada en el Fausto de Goethe. Es de hacer notar que el Fausto de Gounod fue el que le dio la idea a Estanislao del Campo para su Fausto criollo. Indios y gauchos que se asombran de la aparición del diablo, diablo entreverado en cuestiones pasionales y pecaminosas. Pero esa noche los Indios fueron espectadores y actores de sí mismos en tanto entidades a observar, estudiar y memorizar para luego bien recordar. Fueron argumentados en el entreacto por Ramón Lista y recibieron de
regalo paquetes con caramelos y ropas ciudadanas: “Los tehuelches en el Teatro de la Alegría. (Espectáculo organizado a beneficio de los indios por el Director del Teatro de la Alegría) El cacique Orkeke teniendo a su derecha a su mujer Hadd,
prominentes ambos por su tamaño extraordinario y sujeto el cabello con una vincha roja, ocupaban el palco central Se daba la zarzuela Mefistófeles… De la Fiesta han quedado sumamente satisfechos Y así lo expresaron con sus cánticos en la
Escena, genuinos cantos tehuelches, cuando fueron allí conducidos después del segundo acto para repartirles diversos objetos, prendas de vestir, cartuchos de
confituras, y collares de relucientes cuentas comprados expresamente para ellos.
En el primer entreacto, los señores Larsen y Lista, hicieron la historia de esos indios” La Nación 8 de agosto de 1883.
Actuaron de indios y cantaron su música, Los indios hacían de sí mismos. Fueron
guionizados, argumentados e historiados. Al subir a escena, subieron a un espacio
que ya configura un estadio de la memoria. El espacio de la escena es otro distinto
al espacio de la platea o del palco, tiene otra geometría, el palco también tiene un geometría distinta al tener que ver con la representación social, el espacio de la escena es un espacio donde todo se puede crear o incluso modificar. En el espacio de la escena nada es inexorable. Lo que representa la Pintura son escenas teatrales
congeladas, que gracias al talento del artista concentran en ellas toda la información necesaria, para entender la naturaleza de los hechos representados.
Análisis: bb

jueves, 18 de noviembre de 2010

El Indio y los Garcas.


Título: El Indio y los Garcas.
Dibujo al grafito.
Autor: bb
Apuntes para una Teoría del Museo:
El Cacique al desembarcar en la Boca, donde siempre se presentaba gente con recomendaciones para que les dieran indios o indias o algún niño, pues en esos momentos los repartían a todos, tuvo la suerte que el Capitán se opuso a la repartija. Fue invitado por la alta sociedad intelectual, política y aristocrática, el Cacique con los Garcas en Banquetes como el que recuerda La Nación del 11 de agosto del año 1883:
“Banquete de 12 cubiertos en el Café Paris. Vestía Orkeke, pantalón de casimir oscuro, saco del mismo color y sobre él un poncho de paño. Cuando a las 6 y 10 p. m. se dio la señal de sentarse a la mesa, se despojó con toda sans faÇon del poncho y del saco, quedando cubierto su cuerpo únicamente por una camisa a cuadros. La camisa desprendida dejaba ver el pecho tostado del Indio. Alrededor de su cuello, se veía una cinta colorada y una vincha negra sujetaba sus largos cabellos grises, si cabellos pueden llamarse los gruesos y duros que pueblan su enorme cabeza.” ( Es de hacer notar los variados vocablos de extracción erótica y tendencia venérea que el periodista se permite para con el Indio: pecho tostado, gruesos y duros, cubierto su cuerpo, camisa desprendida, enorme cabeza, largos cabellos, etc. La buena educación me impide comentar más en profundidad estos sensuales comentarios, pero el amable público sabrá sacar sus conclusiones) Continuamos: “Los Comensales fueron: El Sr. Ministro español Durán y Cuerbo, Francisco de Ibarra, Esteban Rodríguez, el Doctor Juan Larsen y los señores Ramón Lista, Miguel Cano, Juan Bauzá, el teniente Eduardo
Lan y Juan de Cominges. Hubo brindis, si bien Orkeke brindó, lo hizo haciendo caso omiso de todas las reglas de la etiqueta. A los postres el Señor Cominges leyó una composición en verso bastante extensa dirigida al cacique. De ese canto entresacamos lo siguiente:
Al verte de gloria lleno
Y respetado en tu rango
Dirás para tu quillango,
No hay duda: cristiano bueno.
Mas yo, que así no discurro
Y soy del débil amigo
Voy a probar si consigo
Apearte de tu burro.
Tu hacienda, tu autoridad,
La patria donde naciste,
Todo, Orkeke, lo perdiste
Incluso la libertad.
De un porrazo, pobre viejo.
Te hemos dejado sin nada,
Y agradecé la volada
De haber salvado el pellejo.
A los que tu mal consintieron
Y hoy con palabras te halagan,
Diles claro que deshagan
el tuerto que te fizieron.
Y de yapa le dirás,
Que si son cristianos buenos,
pueden gastar mucho menos,
En conquistar mucho más.
Decir al Indio: Te mato.
Fue cuanto el cristiano hizo
Sin ver que un: Te civilizo
Es más digno y más barato.
Juan de Cominges”.
Análisis: bb

martes, 16 de noviembre de 2010

La bella india que valía seis caballos.



La bella india que valía seis caballos.
Autor: bb
Acuarela.
Apuntes para una Teoría del Museo.
Es de hacer notar que la belleza femenina era también un valor entre los indios y era un valor que había que pagarlo con otros valores,lo cual establecía una cotización. Escala devalores y equiparación de los valores en transa. Es el caso de la linda Losha, coleccionada por el Museiom al ser fotografiada por el tano Spegazzini. Pero años antes ya repertoriada por el Perito Moreno al residir por un tiempo en su toldería. Cuenta Moreno que la joven, hermosa y coqueta Losha tenía loco a un indio llamado Juan Caballero, pero que el precio de seis caballos que le habían puesto sus padres, volvía muy difícil para el indio su unión con Losha. Juan no tenía caballo ni para él. Pero algo habrá pasado pues en la foto que el tano
Spegazzini le sacó en el cuartel del Retiro, aparece con un bebé. El precio de seis caballos era una exorbitancia pero se podía modificar, cuenta Moreno que la madre de Losha era una borracha olímpica que lo acosaba mucho para tomarle el aguardiente y hasta le ofreció a Losha en matrimonio con tal que le diera escabio del fuerte.
Y ahora yo digo, si eran capaces de pagar seis caballos por Losha ¿cuánto pagarían por la madre vieja, espantosa y borracha?, porque acá resulta que la que pone el precio no vale nada, si al precio se lo respeta como un referente de valor de cambio para los demás integrantes del grupo. Y ahora yo digo, ¿Cuánto pagarían los indios
por las feministas que desprecian a los machos esclavistas de mujeres y al mismo tiempo glorifican a los pueblos originarios. Yo creo que no pagarían nada, las violarían entre todos y después las matarían, a menos que juren ciega
obediencia al Indio macho. Es duro el camino de la mezcla ideológica, o indiológica en este caso. ¿Y si cotizaran los viejos cabrones como yo?, ¿Cuánto darían por mí? ¿Un plato de avestruz? ¿Una sarnosa perra? Son relativos los valoresde cambio, ¿no?. Y hablando de valores, ¿cuánto pagaría Usted por esa rápida acuarela que de la
bella india supe hacer? ¿Seis caballos criollos? Cada caballo criollo puro padrillo y de andar cuesta hoy un promedio de 5.000 $, Lhosa costaba 6 caballos, o sea,30.000$ unos 7. 500 U$. Habría que conocer la cotización de una negra en el mercado de esclavos de la época y lo que paga un tratante de blancas hoy por una india o mestiza bonita. Recién en ese momento sabremos si la madre borracha de Lhosa cotizó bien a su hija y cuánto debe costar mi acuarela al devolver a la bella india al relato del Museiom.
Análisis: bb

sábado, 13 de noviembre de 2010

El cacique Orkeke. Destierro.



Foto de parte de la Tribu del Cacique Orkeke, varios niños y hombres lucen los sombreros de fieltro regalados para que posaran para Don Carlo Spegazzini. Otros lucen las frazadas con trama escocesa mientras el Cacique posa en Quiyango. Obsérvese la mirada fulera de los indios y especialmente la bronca de la esposa
del Cacique que aparece sentada al lado del mismo.

El dibujo plantea la posibilidad de que el Cacique Orkeke fuera en realidad un
“hombre de paja”, o sea un hombre puesto por el verdadero cacique, quién aparece
en la acuarela disimulando en un segundo plano, pero concentrando todo el color.
Acuarela y lápiz.
Autor: BB
Anotaciones para una Teoría del Museo.
El Museiom en sus distintas operaciones de búsqueda, análisis, recolección y coleccionismo, recurre a los objetos inanimados, sean artísticos o sean reales, para retener aquello que la especie necesita tener en su memoria ya sea activa o pasiva. El caso de la tribu del cacique es paradigmática, la fuente es como siempre
la Iconografía Aborigen de Milcíades Vignati. La tribu es coleccionada, queda prisionera dentro del relato del Museiom mediante la serie fotográfica del Commendatore nonché insigne Cavaliere del Nòbile Fotográfico Lavoro Profesore
Carlo Spegazzini. Es coleccionada al ser transformada en una imagen inanimada compatible con los otros objetos del Museiom. En general retoco en el plano del estilo a los textos científicos, pero en este caso el relato anónimo, rescatado por los investigadores, tiene tanta poesía que lo repito textual; corresponde al momento
en que la tribu parte al destierro para siempre, dejando la Patagonia al abordar el vapor Villarino en viaje a Buenos Aires en julio de 1883:
“La media lengua ingenua y tropezadora de un testigo presencial narra la impresión causada a los primeros civiles que vieron la llegada de la prisionera tribu de
Olkeke (Ólkelkkènk): “Luego se vio bajar por las alturas y montañas a cuyo respaldo están las ruinas, una multitud de indios que venían a caballo cantando
o rezando en alta voz, de un modo particular por la monotonía de la música y
extrañeza del lenguaje. Eran 17 varones y 37 más entre mujeres y niños, indios que componían la parcialidad del cacique Olkeke y que tenían levantados siete toldos a 15
leguas de Deseado. Algunos venían con las caras pintadas en fajas, que corrían sobre las cejas y formaban un óvalo bajando por los carrillos hasta terminar en el mentón. Llamaron desde luego mi atención la uniformidad del traje, la resignación que todos manifestaban, el semblante de bondad en los varones, cierta altanería en las mujeres,
y sobre todo, el canto monótono y plañidero de la multitud que repetía:
LE QUENEQUE YAQUE DE YA; LE YU, LE YU, QUELELÓ.
Canto triste que repitieron al despedirse de aquellas costas, y que me conmovió hasta el extremo de verter lágrimas de conmiseración, trayéndome a la memoria el recuerdo de los Israelitas cuando marchaban al cautiverio” (Larrain, Viajes en el Villarino). El Diario La Nación de agosto de 1883, dice del traje de los indios al subir al bajar del barco en la Boca: “ Los indios visten ropas mugrientas o la carne viva, y encima llevan inmensos quillangos( cueros de guanaco cosidos entre sí),
inmundos, vuelto el pelo para adentro, y la cabeza atada con vinchas groseras. Despiden sus cuerpos, en cuya piel apenas deja libre la mugre que los cubre diminutos
espacios, olores tan acres. Que tapadas las narices y la boca con el pañuelo empapado en agua de Colonia, era todavía difícil permanecer más de cinco minutos en las bodegas del Villarino, en las que vienen respectivamente acondicionados los hombres y las mujeres”. En la foto que ahora estudiamos podemos ver que, el único que sigue vestido con quillango es el Cacique Orkeke, muchos llevan mantas escocesas y sombreros de fieltro varios niños, al cambiarles el vestuario se los va incorporando por similitud con las clases bajas. Desaparece el uniforme de Indio y aparece el de Gaucho, Orillero o China, vestuarios necesarios para actuar en el Teatro Republicano, finisecular y periférico.
Análisis: bb

miércoles, 10 de noviembre de 2010

La Pose del Indio ante Spegazzini.







Commendatore nonché insigne Cavaliere
del Nòbile Fotográfico Lavoro.
(Este honorífico cargo lo gozó ya otro cofrade del Proyecto Pompeya Nueva Pompeya,
Y que, gracias a ese empleo, obtuvo la jubilación eterna del Imperio romano).
Profesore Carlo Spegazzini

La Pose del Indio ante Spegazzini
o El fusilamiento fotográfico a la italiana

Esta serie de fotografías que sacó Carlo Spegazzini en Retiro en 1883, son muy interesantes, no solamente por las peripecias del armado de las poses, ni por estar bien documentadas en los diarios de época, sino por las características de este tano que se retrata con los indios y tiene incluso un libro de costumbres indias. Este tano característico. Este tano narcisista, cabrone narcisístico de la Bellìsima Italia, operatore fotográfico protagonístico, superpone su ego al del Indio. Aparece en cuatro fotos, pero algo me suena mal con este itálico protagonista. Resulta que los tamaños no concuerdan. En la tercera foto su comparación con la niña india de la derecha lo transformaría en enano. Hay algo raro. Tal vez se agregó mediante un collage fotográfico (ya se hacía en la época), tal vez como el Señor Oneto, (en rojo) posó para que los Indios no pensaran que los iban a fusilar, algo bastante razonable si pensamos que: estaban en un cuartel Militar, los apuntaban con un artefacto grandote, negro, impresionante, que el extremo con la óptica podía ser la boca de un arma, que al tano que venía con la máquina lo acompañaba el Milico del que dependía la suerte de los indios prisioneros, que el apuntador se cubría con una tela pesada y negra, que quemaban unos fuegos de altísima intensidad, que estaban custodiados por soldados casi niños, pero de bayoneta calada y que les exigían quedarse quietos durante minutos. Tal vez el Professore Spegazzini quería pasar a la posteridad por proximidad, operación de momificación en la memoria colectiva realizada por innumerables salamis, a los que aún hoy recordamos. De todas formas por su inclinación hacia los indios y su enorme paciencia, hoy disponemos de esta serie de fotografías sistematizadas (hay otros dos ejemplos). Pero mejor leamos los hechos, relatados por cronistas del diario, llamado justamente: “El Diario”:
“Los Tehuelches retratados”.
“Ayer ha sido un día verdaderamente terrible para estos pobres indios, pues deseando el fotógrafo Carlo Spegazzini, sacar una foto de todos ellos, se presentó en el cuartel del Retiro acompañado del Teniente Bove, llevando con este objeto su máquina y demás pertrechos. Una vez que el Señor Spegazzini hubo colocado a ésta frente al grupo de indios, éstos sin vacilar, un instante, se pusieron en precipitada fuga, sin poder de ninguna manera hacerles comprender de que no se trataba de ocasionarles ningún daño. Al fin , después de instarles el Teniente Bove y de hacerles unos regalos, los tehuelches se decidieron a hacer lo que se les pedía, pero siempre con un cierto recelo, pues creían que era una celada. Así fue que vueltos a ser colocados y tomando el fotógrafo posesión de su máquina, bastó tan solo que éste se
cubriera con el manto negro, para que otra vez estas pobres gentes, convencidas ya de que solamente se trataba de darles muerte, volvieron de nuevo a emprender la fuga, siendo esta vez mucho más rápida la dispersión que la anterior. Pero el Señor Spegazzini, que sin duda debe ser un hombre de mucha paciencia, no se dio por vencido y volvió a hacer uso de su PODEROSA ELOCUENCIA, haciéndoles mil reflexiones
de todo género a estos señores, que a viva voz quería retratar. Por último, tantas fueron las súplicas, tanto los regalos, tantas las razones para hacerles ver de que no se trataba de matar a nadie, que los indios no tuvieron más que someterse al suplicio. Pero siempre hubo cinco de éstos que hasta el último se mantuvieron firmes en su propósito, no pudiendo conseguir que se retrataran.” El Diario, 6 de septiembre de 1883. Esos cinco que no se dejaron retratar, que no dejaron
volverlos una mera imagen inanimada, no entraron en el relato del Museiom, relato que yo ahora estoy actualizando.
Análisis: bb

sábado, 6 de noviembre de 2010

El cerebro del Indio.


Foto del libro donde se reproduce la foto del cerebro del Cacique Inacayal, antes de ser trozado para luego ser analizado morfológicamente. Obsérvese el acusado escorzo con que fuga hacia el piso el esbelto cuerpo del Pequeño Profesor. La foto está tomada en la Sala de los Caracoles en el antepecho de una vitrina. Los reflejos en el vidrio vuelven a sugerir el Fantasma del Indio, o por lo menos sugieren el fantasma del cerebro del Indio, lo demás flota en los ranchos y sótanos donde vivió a cargo del Gobierno de La Plata, donde dicen los antropólogos, están asentados todos los gastos de los indios y parece que les pagaban hasta el tabaco y eso que
no se puede fumar en los museos. El Indio se la pasó tomando mate, resistiendo las mediciones antropométricas, complicando las tomas fotográficas que asemejaban pelotones de fusilamiento masivo, no les respondió ninguna pregunta a esos franceses de mierda, y si les dijo algo, seguro que eran bolazos de indio, ebrias sanatas,
cualquier cosa menos lo que le vendría bien saber al maldito huinca. Se la pasó en pedo pampa y montando a cuanta china se le sometiera. Del tamaño del pene nadie dice nada, algo debe haber.
Foto: bb
Apuntes para una Teoría del Museo:
A la muerte del Cacique Inacayal se procedió a descarnar la osamenta para su estudio morfológico y exposición pública, hasta que fue desarmada, puesta en urna y trasladada a su lugar natal. El Cacique al morir se vuelve objeto inanimado y con los muertos, la Ciencia se vuelve Doctor Frankestein, Doctor Jekill y Mister Hyde. Delantal blanco, bragueta abierta, pelo blanco hirsuto, anteojos sucios y barba. Y sino fíjense en el Doctor Einstein, quién legó su cerebro y se lo trozaron en muchos pedazos para poder estudiarlo en todos lados, y hasta el día de hoy, lo único que han descubierto los científicos del cerebro de Einstein es: “como hacer para que el gato del laboratorio no se lo coma”. Y lo raro de todo esto es que los egipcios no le daban importancia alguna al cerebro, justo ellos, que fueron los que empezaron con los Tesoros de la Cripta, prefigurando al Museiom que conocemos. No le daban
ninguna importancia, lo extraían con ganchos por las fosas nasales y se lo daban a los cerdos. En cambio trataban con mucho cuidado a otros órganos como el hígado, y eso que no eran de mucho tomar; los cuidaban tanto que crearon los vasos Canopos para depositarlos por si en el ultramundo los podía necesitar el Difunto, pero parece
que pensaban que al cerebro no lo iba a necesitar para nada.
Amset: vasija con tapa en forma de cabeza humana, donde se guardaba el hígado.
Hapy: vasija con tapa en forma de cabeza de papión, donde se depositaban los pulmones.
Kebehsenuf: vasija con tapa en forma de cabeza de halcón que contenía los intestinos.
Duamutef: vasija con tapa en forma de chacal con el estómago del difunto.
Y esta digresión no es gratuita porque el Museo de La Plata, en la década del sesenta trajo sesenta objetos egipcios, y entre ellos parece que hay una momia, a la cual le están preparando su Cripta, donde el cerebro no estará porque hace 4.000 años se lo comieron los cerdos; no como al cerebro del Indio que fue trozado, medido, pesado y estudiado con la siguiente inútil dedicación: “La ínsula en su parte anterior esta descubierta debido a la desviación y a la retracción del lóbulo temporal. La rolándica muestra típicamente tres anfractuosidades en forma de zigzag,
haciendo incisión en el lóbulo para central superficialmente, y más abajo y profundamente en el opérculo rolándico…“. Todo así durante páginas, describiendo cada vuelta que da el seso, pero puede ser que nos aclare, cuantas veces le pegó el padre en la cabeza, cuántas el milico y cuántas Don Pascasio. El texto pertenece a:
“Contribución al estudio de la Morfología de los cerebros indios”.
Por el Doctor Christfried Jakob eminencia gris (gris cerebro) en el estudio comparativo de los cerebros humanos y humanoides. Y para terminar, pregunto: ¿Por qué la Ley prohíbe exponer las momias de los Indios y no prohíbe exponer las momias
egipcias o los fósiles que son momias más duritas? Las momias, a la noche, van a decidir solitas, quién muestra, qué muestran y a quién se lo muestran. Y ojo que si se juntan el Fantasma del Indio, las momias indias y la Momia egipcia, puede haber jaleo. Y sobre qué mostrar, les cuento que recuerdo que en 1980 en Paris, en el Museo del Hombre, en el Palais de Tokyo, entrando a la derecha, había un pie de
una Geisha con unos ortopédicos zapatos especiales de raso, pensados para deformar el pie, hasta que pareciera en puntas de pie, la Geisha bonita. Estaba metido en un frasco con formol,todo el pie, cortado por el tobillo y con el zapato tutor puesto.
Menos mal que los Indios andaban en patas.
Análisis: bb

viernes, 5 de noviembre de 2010

Inundación del Museo de Ciencias Naturales.


Título: Inundación del Museo de Ciencias Naturales.
Medidas: 60 cm x 80 cm
Técnica: grabado en linóleo.
Autor: BB
Anotaciones para una Teoría del Museo:
Una de las habituales estrategias de los hombres para sobrevivir, es creer que aquello que hacen fatigosamente durante su vida para preservar su memoria, se va a preservar efectivamente. Es por eso que nunca aparece como hipótesis la desaparición de nuestro objeto de estudios: el Museo. Lugar donde la vida persiste en los objetos de Estudio y de Arte. En cambio, en este grabado de hace por lo menos 16 años del Pequeño Profesor, se representa esta posibilidad para el Museo de Ciencias Naturales:
“Llegado un nuevo “Diluvio Universal” al descongelarse la Antártida Nacional Argentina producto de la calor infartante, las aguas negras, podridas, envenenadas, apestosas y calientes, llegan al Museo de Ciencias Naturales que, por causas naturales, desaparecerá bajo las aguas. La furia del líquido elemento seguramente desordenará los huesos de los dinosaurios, los cuales debieron esperar: que apareciera el Hombre primero, que se hiciera diestro y se pusiera a estudiar, que se
le ocurriera juntar huesos grandotes, que se diera cuenta de muchas cosas más, que tuviera recursos públicos para destinar a esos asuntos de huesos, que armara más o menos los esqueletos enteros, para ser, por fin, recordados con amor, con temor y simpatía por los niños. Las aguas, además de mezclar todos los huesos de los dinosaurios, agregará a ese osario común, los huesos de todos los hombres que había a su alrededor; así que es probable, que después de este Diluvio en el lejano futuro, si a un ser nuevo se le ocurriera ordenar los huesos de nuevo, puede pensar con buen criterio, que los hombres eran unas pequeñas bestias sabrosas, que constituían la principal dieta de los simpáticos dinosaurios. Y como en el Museo de
Ciencias Naturales, al ser una necrópolis argumentativa, hay huesos de muchos animales, tal vez los seres nuevos, al no distinguir bien, nos pueden atribuir las calaveras de los cuadrúpedos del Zoo que queda enfrente y nos pondrán los cuernos entonces, o nos pueden embutir en la rodilla las patas del ñandú y hasta es posible que mezclen los huesos de los indios manzaneros, con los garcas que reposan en el
cementerio y que los trataban de negros de mierda. Fíjese Usted Don, ¿y qué dirían ahora, que están todos blanquitos y bien mezcladitos? En el ángulo inferior izquierdo se ve a un típico irresponsable y lascivo personaje, que aprovecha los últimos momentos de vida para penetrar a una Bella Donna, mientras baja las escaleras a todo correr (tal vez sea el fantasma del Indio penetrando a la hija de
Pascacio). A su vez y en medio de las aguas, el Director del Museiom, agita los brazos pidiendo una ayuda que no llegará.”
Análisis: bb

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Hija y esposa de indios.



La esposa de Foyel y la hija de Inacayal posan para Ten Kate.
La niña lleva colgando un Rosario cristiano.
Dibujo: bb
Siguiendo con eso de la familia del indio, obsérvese lo difícil que se le daba a la antropología eso de meterse a saber como coños estaba conformada la familia del Indio: “Compruebo con cierta molestia que el Capitán Musters no hace alusión a la simpática esposa de Foyel en sus crónicas de viaje. ¿Era causa de esta ausencia un simple viaje de la esposa? ¿Había, en aquel entonces, separación de cuerpos entre ambos cónyuges? ¿Para la época de la visita del Capitán Musters, estaría viudo el cacique Foyel y ésta sería entonces, una segunda esposa? Me inclino más a cualquiera de las dos primeras posibilidades, puesto que la última hubiera tenido lugar en la narración del capitán britano (sic) explicando el porqué Margarita (la hija) hacía los honores de la casa.”
Margarita, hija de Foyel: cerebro: 5435, cuero cabelludo:
5444, mascarilla: 5439, esqueleto: 1797.
Antropólogo Melquíades Vignati.
Yo creo que Melquíades tenía miedo de amontonar esqueletos que en vida pertenecieron a cuerpos separados, o, al no saber la constitución de las familias, permitir y hasta
clasificar uniones contra natura o incestos rituales, teatralizados en castizo y en cristiano y certificados por el Museiom. Y también está eso del fantasma del Indio en el Museo, los rumores que se oyen abonan la teoría que sugiere, que al no haber recibido sepultura y pasarse la vida de ultratumba en una vitrina, son muchos los
indios que andan deambulando; algunos dicen que es Inakayal que golpea puertas, que anda desnudo porque odia las ropas del blanco, que dice cosas horribles pero como su lengua nos es desconocida, suena feo pero no se entiende. Otros dicen que el fantasma es de Gabino, un indio guía del Perito Don Pascacio, que lo acompañó
en sus expediciones y le servía de intérprete. Don Pascacio se hizo tan amigo que le dio el llavero de todo el Museo para que le botoneara quien trabajaba y quién no, cosa de buen criterio porque ni los indios, ni los dinosaurios, ni los funcionarios
querían trabajar. Y dicen que dicen que Gabino al morir siguió con esa costumbre tan ortiva de botonear a la gilada y cada vez que se golpeaba una puerta o una ventana, siempre había alguien para decir: ¡Ojo que ahí viene Gabino!
Análisis: bb