El Museo del Bicho es un lugar`para reflexionar sobre la Historia natural y las formas minerales, vegetales y animales,como una plataforma de enseñanza para las artes visuales. Este sitio complementa las actividades de la Pequeña Cátedra.
sábado, 6 de noviembre de 2010
El cerebro del Indio.
Foto del libro donde se reproduce la foto del cerebro del Cacique Inacayal, antes de ser trozado para luego ser analizado morfológicamente. Obsérvese el acusado escorzo con que fuga hacia el piso el esbelto cuerpo del Pequeño Profesor. La foto está tomada en la Sala de los Caracoles en el antepecho de una vitrina. Los reflejos en el vidrio vuelven a sugerir el Fantasma del Indio, o por lo menos sugieren el fantasma del cerebro del Indio, lo demás flota en los ranchos y sótanos donde vivió a cargo del Gobierno de La Plata, donde dicen los antropólogos, están asentados todos los gastos de los indios y parece que les pagaban hasta el tabaco y eso que
no se puede fumar en los museos. El Indio se la pasó tomando mate, resistiendo las mediciones antropométricas, complicando las tomas fotográficas que asemejaban pelotones de fusilamiento masivo, no les respondió ninguna pregunta a esos franceses de mierda, y si les dijo algo, seguro que eran bolazos de indio, ebrias sanatas,
cualquier cosa menos lo que le vendría bien saber al maldito huinca. Se la pasó en pedo pampa y montando a cuanta china se le sometiera. Del tamaño del pene nadie dice nada, algo debe haber.
Foto: bb
Apuntes para una Teoría del Museo:
A la muerte del Cacique Inacayal se procedió a descarnar la osamenta para su estudio morfológico y exposición pública, hasta que fue desarmada, puesta en urna y trasladada a su lugar natal. El Cacique al morir se vuelve objeto inanimado y con los muertos, la Ciencia se vuelve Doctor Frankestein, Doctor Jekill y Mister Hyde. Delantal blanco, bragueta abierta, pelo blanco hirsuto, anteojos sucios y barba. Y sino fíjense en el Doctor Einstein, quién legó su cerebro y se lo trozaron en muchos pedazos para poder estudiarlo en todos lados, y hasta el día de hoy, lo único que han descubierto los científicos del cerebro de Einstein es: “como hacer para que el gato del laboratorio no se lo coma”. Y lo raro de todo esto es que los egipcios no le daban importancia alguna al cerebro, justo ellos, que fueron los que empezaron con los Tesoros de la Cripta, prefigurando al Museiom que conocemos. No le daban
ninguna importancia, lo extraían con ganchos por las fosas nasales y se lo daban a los cerdos. En cambio trataban con mucho cuidado a otros órganos como el hígado, y eso que no eran de mucho tomar; los cuidaban tanto que crearon los vasos Canopos para depositarlos por si en el ultramundo los podía necesitar el Difunto, pero parece
que pensaban que al cerebro no lo iba a necesitar para nada.
Amset: vasija con tapa en forma de cabeza humana, donde se guardaba el hígado.
Hapy: vasija con tapa en forma de cabeza de papión, donde se depositaban los pulmones.
Kebehsenuf: vasija con tapa en forma de cabeza de halcón que contenía los intestinos.
Duamutef: vasija con tapa en forma de chacal con el estómago del difunto.
Y esta digresión no es gratuita porque el Museo de La Plata, en la década del sesenta trajo sesenta objetos egipcios, y entre ellos parece que hay una momia, a la cual le están preparando su Cripta, donde el cerebro no estará porque hace 4.000 años se lo comieron los cerdos; no como al cerebro del Indio que fue trozado, medido, pesado y estudiado con la siguiente inútil dedicación: “La ínsula en su parte anterior esta descubierta debido a la desviación y a la retracción del lóbulo temporal. La rolándica muestra típicamente tres anfractuosidades en forma de zigzag,
haciendo incisión en el lóbulo para central superficialmente, y más abajo y profundamente en el opérculo rolándico…“. Todo así durante páginas, describiendo cada vuelta que da el seso, pero puede ser que nos aclare, cuantas veces le pegó el padre en la cabeza, cuántas el milico y cuántas Don Pascasio. El texto pertenece a:
“Contribución al estudio de la Morfología de los cerebros indios”.
Por el Doctor Christfried Jakob eminencia gris (gris cerebro) en el estudio comparativo de los cerebros humanos y humanoides. Y para terminar, pregunto: ¿Por qué la Ley prohíbe exponer las momias de los Indios y no prohíbe exponer las momias
egipcias o los fósiles que son momias más duritas? Las momias, a la noche, van a decidir solitas, quién muestra, qué muestran y a quién se lo muestran. Y ojo que si se juntan el Fantasma del Indio, las momias indias y la Momia egipcia, puede haber jaleo. Y sobre qué mostrar, les cuento que recuerdo que en 1980 en Paris, en el Museo del Hombre, en el Palais de Tokyo, entrando a la derecha, había un pie de
una Geisha con unos ortopédicos zapatos especiales de raso, pensados para deformar el pie, hasta que pareciera en puntas de pie, la Geisha bonita. Estaba metido en un frasco con formol,todo el pie, cortado por el tobillo y con el zapato tutor puesto.
Menos mal que los Indios andaban en patas.
Análisis: bb