martes, 5 de octubre de 2010

Los Mercaderes del Templo.


Teoría del Coleccionista
Grabado en linóleo.
Medidas: 60 cm x 80 cm.
Autor: bb
El galerista es un coleccionista que colecciona coleccionistas. Induce a coleccionar al otro aquello que excita su propio Deseo. Al, aquello coleccionarlo otro, por uno coleccionado, la satisfacción sigue siendo propia.
bb
Los Mercaderes del Templo.
Jesús echó a los Mercaderes del Templo a latigazos. Echó a los vendedores de vacas, gallinas, palomas y a los Cambistas. Los Cambistas, los que establecen un valor
objetivo de Cambio, valor de referencia para los valores de la subjetividad más íntima, que el hombre en su desesperación ante la muerte, infla e infla hasta llegar
a la inflación. Valores basados en la escasez. Todo lo escaso tiene valor porque su recolección es más ardua y la escasez habla de su cercanía al Uno, el cual siempre
y en todas las culturas ha tenido un simbolismo claro: El Uno Es Dios. El Oro se usaba en los fondos de los retablos donde correspondía representar con Oro
al cielo porque era el lugar de Dios y había que usar lo más caro; si se debían representar muchos personajes y a todos de negro, a los santos se los pintaba
con un negro de pigmentos derivados del azul cobalto y a los personajes vulgares se los pintaba con un negro corriente derivado del carbón, del rojo sucio. Se lo hacía
para respetar las jerarquías divinas también en el mundo físico. Es claro que la Especie necesitaba que algunos se especializaran, en ponerle un valor de cambio a los valores espirituales o intelectuales o sentimentaleso artísticos, o cualquiera otros valores que Usted Juzgue conveniente agregar y que el Hombre gustaba de crear. Por eso es pertinente aludir a la brillante monografía de Antonio Bonet Correa sobre El Greco y sus contratos, escritos y firmados, para ejecutar sus obras más famosas, la monografía está publicada por la Universidad de Sevilla. Resulta ser y a contracorriente con el rumor, que se escucha en la sala del Museiom, el Greco no era para nada místico febril dedicado a la Trascendencia, le gustaba la buena vida, la buena mesa,la buena cama, la buena música al punto de contratar músicos para que toquen mientras comía; en fin, algo que muchos artistas han hecho: meterse en líos por gozar los frutos de la vida y los placeres del cuerpo. Como Rembrandt, rápidamente comenzó a tener problemas de dinero y debió procurarse un método
para conseguirlo. Como trabajaba para las Órdenes Monásticas, de gran poder en esa época, resolvió firmar los contratos para las obras sin fijar el precio final.
Pedía un gran adelanto, todo lo necesario para la realización: materiales, maderas, pigmentos, carpinteros, ayudantes, oro en hoja para los sobredorados, modelos para los personajes, etc. Luego dejaba pasar mucho tiempo y ante el pedido de los monjes, terminaba súbito la obra y pedía un fangote de guita totalmente desproporcionado.
Los curas desesperados al no poder recuperar el dinero adelantado, ni tener la pintura ya terminaba, apelaban a la Justicia. La Justicia para justipreciar la obra de arte apelaba a los peritos en el Arte, que eran amigos del Greco. A
partir de ese momento se ponía bueno, los Peritos y El Greco pontificaban que el Arte “no tiene precio” manifestado en un valor de cambio. Querían decir
que el Arte ya es un valor en sí y que no le corresponde un valor de cambio. Entonces los curas argumentaban que si bien estaban las obras bien pintadas, había errores en cuanto a la interpretación del Dogma y nombraban como perito a la Santa Inquisición. Jaque Mate a los artistas!!!! Pero como el precio inicial era desproporcionado, siempre el Greco salía beneficiado y parte del dinero mal habido lo gastaba con los Peritos en el Arte. Son muy simpáticas e inteligentes las malas
interpretaciones del Dogma que le achacaban a las pinturas del Greco: en el caso del Expolio de Cristo, que es el momento en que lo desnudan al Cristo para luego crucificarlo, y que está en la Catedral de Toledo; la objeción de la Santa
Inquisición fue que las Tres Marías, que aparecen en el ángulo inferior derecho, no deberían estar allí porque iban a desnudar a un hombre y eso era indecoroso. Otro caso es el de unos ángeles, la Santa Inquisición señaló que las pequeñas alas
que el Greco le había pintado a los robustos ángeles, no podían levantarlos en vuelo ni hasta la copa de los árboles. Era verdad, las hermosas y muy bien pintadas alitas, salvo que se movieran raudas como las del pequeño picaflor, no podrían haberlos llevado de vuelta al cielo a los pobres ángeles alas de pajarito. El Valor Dogmático, el Valor del Canon estético, y el Valor de Cambio.
Los Mercaderes del Templo.
Análisis: bb