miércoles, 22 de septiembre de 2010

Un Tiburón en el Museiom.



Frasco del Museo de Ciencias Naturales de Bs. As.
Tiburón de Damien.
Un tiburón en el Museiom.
La educación académica en el siglo diecinueve tenía sus bemoles, y sino hay que fijarse en los temas de los exámenes y en los concursos: ”Zenobia encontrada
a orillas del Araxe”, ¿Quién será Zenobia y dónde estará el río Araxe? ¿Se habrá secado?. Para saberlo había que estudiar en los famosos “cursos de Historia de las Antigüedades”, “las materias teóricas” de la época. Y esas sesudas, difíciles, clásicas y bíblicas cosas se enseñaban en la “Grand Ecole” de Bellas Artes, no en la “Petit Ecole” que terminará siendo la Escuela de Artes Decorativas. Este debate no
es abstracto en Argentina, pues los formatos institucionales franceses hicieron estragos aquí, debido a la voracidad importadora de nuestros Padres fundadores de las instituciones culturales. Los cursos de Historia de las Antiguedades, eran los cursos teóricos para el entrenamiento intelectual necesario para ilustrar el Dogma neoclásico republicano. Los temas eran clásicos, bíblicos y morales, como muestran los temas de la Escuela de Bellas Artes para el Examen de Cabeza de Expresión:
“El contento de un padre después de la cura de su hijo”, ”El pudor mezclado con el miedo”. Todo un entramado simbólico basado en las expresiones morales, las leyes de
la fisonomía y sustentado por Descartes en su “Tratado de las pasiones”. La Escuela formaba pensando en el Salón del Museiom. Si hoy lo hiciera pensando en el paradigma del Artista prodigio Damien Hirst, aceptado en el Museiom por un tiburón nadando
en formol, la Escuela de Bellas Artes, debería enseñar a pescar. El Arte conceptual o neo conceptual no genera conocimientos que se puedan sistematizar y transferir,
salvo la información exacta de lo que creó el artista en el plano conceptual y real, que tiene además vedada su réplica, por la imposición del gesto único del artista consagrado. En el caso de Damien lo que llama la atención es que lo que él presenta como novedoso, se practica desde siempre en el Museo de Ciencias Naturales, donde la práctica del tarro con formol es permanente. Damien cambió el frasco de lugar y provocó una ruptura en el encadenamiento habitual de los discursos del Museiom. Porque la Muerte como fenómeno natural es un recorte que corresponde al Museo de Historia Natural.
Es de hacer notar el hecho de que la Academia de Bellas Artes de Paris, haya sido la primera institución en preocuparse del Museo como pieza arquitectónica, y esto es patente dado que varias veces a finales del siglo XVIII llamó a Concurso para el prestigioso Premio de Roma, poniendo al Museo como tema de Concurso. El Premio de Roma era el Premio más apreciado, pues el ganador era pensionado en la Villa Mèdicis por varios años. La Escuela proponía como tema de competencia el lugar donde guardar en definitiva, la producción de sus egresados. El Louvre con sus Galerías gigantescas era y es un despropósito, en el Salón del Louvre se colgaban obras a seis metros de altura, llegando incluso a alquilar larga vistas de teatro para poder verlas.
Análisis: bb