domingo, 1 de agosto de 2010

Los pulpitos y la yarará.


La Fe de los feligreses
Los fieles o feligreses devotos del Dogma del Arte o devotos de
uno de los Dogmas de todos los que ofrece el Arte, son los
espectadores. Aquellos que vuelven arte a algo, con el simple
pararse delante de la obra de arte, seleccionada por los sacerdotes
en el Museiom, y contemplarla con placer, o simplemente
contemplarla, ya que es sólo eso lo que transforma en ícono
a algo que no lo era. Los fieles del arte en la República son todos,
incluso los artistas y los sacerdotes del Arte, todos justiprecian,
consagran y repudian y lo hacen por motivos convergentes de
complicidad simbólica o divergentes cuando profesan Dogmas
artísticos diversos. Los fieles del arte no pueden ser coleccionistas
y disfrutan ocasionalmente en el espacio público, lo que rodea a los
coleccionistas en el ámbito privado. El “Living” o Salón de recepción
públicos es el Museiom, allí donde se cuelga lo mejor. El Faraón
ya no existe, la Cripta pública es el Museiom, el lugar donde se
guarda y muestra aquello que resume la vida y que al mostrar
originalidad demuestra la cercanía del Número Uno, ausente
desde siempre. El Faraón contemporáneo es la Especie, que
muere todos los días de a miles y miles, y la riqueza simbólica
acumulada es mostrada con orgullo en el Museiom
y acompaña a los muertos en su viaje al inframundo.
La Belleza es aquello que nunca deja de ser
Porque al dejarlo quién lo porta al morir
Siempre y de inmediato otro lo portará.
La Belleza es escasa pero permanente.
Es aquello que más cerca está del Número Uno
No aquello que por su partición no se distingue.
Análisis: bb